Respirar y recordar su olor.
Cerrar los ojos y ver como me abrazaba.
Cuando uno escribe para satisfacer la inspiración interior del alma, uno da a conocer por lo escrito, aun sin quererlo, hasta la más mínima fibra de su ser y de su pensamiento. Germaine De Staël
Tus fuertes brazos me rodean,
Mi cabello se enamora de tus hombros;
Lentas palabras de consuelo caen sobre mi,
Sin embargo mi corazón no tiene descanso.
Porque sólo una cosa trémula queda de mí,
Que jamás podrá ser algo,
Salvo un pájaro de alas rotas
Huyendo en vano de ti.
No puedo darte el amor
Que ya no es mío,
El amor que me golpeó y derribó
Sobre la nieve cegadora.
Sólo puedo darte un corazón herido
Y unos ojos agotados por el dolor,
Una boca perdida no puede sonreír,
Y tal vez ya nunca vuelva a reír.
Pero rodéame con tus brazos, amor,
Hasta que el sueño me arrebate;
Entonces déjame, no digas adiós,
Salvo si despierto, envuelta en llanto.
Elizabeth Eleanor Siddal (1829-1862)
Te dije que no pensaba enamorarme de ti, que durarías en mi mente el tiempo que yo quisiera, que de ninguna manera pensaría en ti como algo mas que un una amistad, como un amigo especial tal vez, pero en fin, un amigo.
Te dije que era sólo cuestión de momento, de capricho, de aventura, que al "sacarme el clavo" saldrías de mi vida para siempre.
Te dije que todo iba a ser igual, que nos haríamos los locos y que nadie sospecharía, que cada día las cosas serían más y más normales. Te dije que no ibas a significar nada para mí, que ya no me enamoro, te dije que soy madura y que jamás me enrollo.
Te dije que no te amaría, lo sé, pero ¿sabes qué? Mentí.
Al parecer, cuando te decía estas cosas ya era demasiado tarde para engañarme a mi misma.
Sin darme cuenta o sin querer creerlo, ya estaba enamorada de ti.
En honor a la verdad debo decirte que estos últimos días no han sido fáciles para mí. Yo he sufrido por tener que fingir y parecer que no me importas, por luchar contra mis ganas de llamarte, de escribirte, de abrazarte. Y no es que quiera que los demás se den cuenta, sino que daría mi vida porque tú te des cuenta.
Prefiero guardar nuestro secreto para siempre, pero fingir ante ti es lo más doloroso que ha podido sucederme. Hacerme la fuerte, la insensible, la desinteresada... Eso me tiene el alma rota.
Pero no voy a quedarme así, no voy a seguir llorando mientras tu estas ahí riendo con otras, seré fuerte, eso te lo aseguro.