Los patos de aquel lago estaban hartos de las irreverencias sucedidas frente a ellos en un momento de ignorancia creyendo que el sonido de los coches, el verde de los arboles y los mudos patos guardarían sus mas oscuras pasiones.
El café se enfrío y su cerveza se calentó tanto que eran intragables, pasó demasiado tiempo hasta que decidieron tomárselos.
El reloj de bolsillo plateado brillaba cada vez que lo asomabas por el borde del bolsillo pero en este momento al haber sido tan usado la pintura se había soltado y solo quedaba un armazón oxidado con poca gracia.
Sus recuerdos, su amor que solo soportaban la primavera o el verano al llegar el invierno se marchitaron cual muchas flores.
En este frío invierno han aprendido muchas cosas : ir de Señor del tiempo no es fácil, éste es indomable.Creer que el barullo del gentío guardaría su amor un fracaso, no contaron con el hecho de que a la noche la gente se marcha y solo queda silencio.Sus bebidas como su amor se volvió intragable. Lo bello se oxidó y para colmo ni como jardineros sirvieron.
Desde el principio los mas experimentados sembradores los avisaron de estas semillas pero quizá alguna sobreviva al frío y pronto vuelva a resurgir.Al menos eso ambos, en silencio mientras ven nevar desean con todas sus fuerzas.